La comarca hídrica del Altiplano de la Región de Murcia se encuentra al borde de una crisis hídrica sin precedentes, con graves repercusiones tanto para el consumo humano como para el regadío. Los municipios de Yecla, Jumilla, Fortuna y parte de Abanilla dependen exclusivamente de aguas subterráneas y acuíferos para cubrir sus necesidades, lo que ha llevado a una sobreexplotación de los recursos hídricos de la zona.
Ante esta situación crítica, las alcaldesas de Jumilla, Yecla y Fortuna, junto con el alcalde de Abanilla, se han reunido con el secretario de Estado de Medio Ambiente y el presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura para solicitar medidas urgentes que permitan afrontar el problema de forma inmediata. La CHS se ha comprometido a alcanzar un equilibrio cuantitativo y cualitativo en los acuíferos del Altiplano para el año 2027, lo que implicaría cesar las extracciones y reducir la superficie de riego y otros usos del agua.
Sin embargo, esta medida tendría graves consecuencias para la comarca, como la reducción de los recursos hídricos disponibles, el secado de miles de hectáreas de regadío y la pérdida de empleo directo para miles de personas. Además, la falta de agua limitaría el desarrollo urbano, industrial y de servicios en la zona, lo que agravaría aún más el problema del desempleo y la despoblación.
En este contexto, los municipios afectados han solicitado la continuidad del trasvase Júcar-Vinalopó y su extensión hasta la comarca del Altiplano, como una medida urgente para garantizar el suministro de agua en la zona. La falta de conexión con otras redes de suministro de agua y la imposibilidad de recurrir a fuentes alternativas, como la desalación, hacen que las transferencias de otras cuencas excedentarias sean la única solución viable a corto plazo.
La comarca hídrica del Altiplano se encuentra en una situación crítica que requiere de medidas urgentes y decisivas por parte de las autoridades competentes para garantizar el abastecimiento de agua a sus habitantes y preservar su economía y su futuro. La colaboración entre los distintos niveles de gobierno y la solidaridad entre las diferentes regiones son fundamentales para afrontar este desafío y encontrar soluciones sostenibles a largo plazo.
