Más de 1.000 buceadores voluntarios han participado desde 2005 en el programa de vigilancia ambiental desarrollado por la Comunidad Autónoma y el Instituto Español de Oceanografía
La Red de seguimiento de praderas de posidonia oceánica en la Región de Murcia, puesta en marcha hace dos décadas por la Comunidad Autónoma en colaboración con el Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC), ha contado con la implicación de más de un millar de buceadores voluntarios desde sus inicios. Esta iniciativa, pionera en el ámbito nacional, se ha consolidado como una herramienta clave para evaluar el estado de conservación de este hábitat marino protegido.
El programa, que cuenta con financiación del Fondo Europeo Marítimo, de Pesca y de Acuicultura (FEMPA), ha permitido la creación de series temporales de datos de gran valor científico, esenciales para conocer la evolución de las praderas de posidonia y los factores que inciden en su salud, como los impactos de la actividad humana o los efectos del cambio climático.
Además del trabajo de campo, la campaña incorpora actividades de educación ambiental y voluntariado, con el objetivo de concienciar sobre la importancia ecológica de estos bosques submarinos, fundamentales para la biodiversidad marina y la protección del litoral.
El director general de Producción Agrícola, Ganadera y Pesquera, Juan Pedro Vera, y el investigador del IEO-CSIC Juan Manuel Ruiz hicieron balance de los 20 años de desarrollo del programa, destacando su continuidad como un ejemplo de colaboración entre administración, ciencia y sociedad civil.
Durante el mes de julio se han realizado nuevas inmersiones de seguimiento en enclaves estratégicos del litoral regional, como Águilas, la bahía de Mazarrón, Cabo Tiñoso, Cabo de Palos e Isla Grosa. Este año, la organización WWF se ha sumado al proyecto, facilitando su embarcación para las labores de monitoreo.
Los datos recogidos reflejan, en términos generales, una evolución estable de las praderas en la Región, con amplias áreas en buen estado de conservación. No obstante, persisten zonas deterioradas por la presión antrópica y se han detectado signos de estrés vinculados al calentamiento global.
Entre las recomendaciones del programa destaca la instalación de fondeos ecológicos en zonas sensibles como Cala Cerrada (Mazarrón), una medida orientada a evitar el daño que las anclas de embarcaciones recreativas pueden causar sobre la posidonia.
El Gobierno regional ha agradecido expresamente la colaboración de los centros de buceo, entidades científicas y voluntarios que han contribuido a lo largo de estos años a la conservación de este patrimonio natural único en el Mediterráneo.