Un estudio realizado por el grupo de investigación de Riesgos Químicos para la Salud y el Medioambiente (Risama) de la Universidad Rey Juan Carlos reveló que las playas del Mar Menor presentan las mayores concentraciones de contaminantes emergentes por protectores solares de toda la península ibérica. Esto supone un riesgo para la fauna de la laguna, según los expertos.
El estudio, liderado por la catedrática en Medicina Preventiva y Salud Pública Yolanda Valcárcel, es el primer estudio que cuantifica y evalúa el riesgo ambiental de los filtros solares en playas de España y Portugal. Se ha realizado en colaboración con instituciones como Imdea-Agua, la Universidad de Murcia o el Instituto de Salud Ambiental de la Universidad de Lisboa.
El equipo analizó la presencia de 21 filtros solares en tres escenarios diferentes: el Mar Menor, la costa de Cádiz y las playas de Lisboa y el Algarve. Se detectaron cinco sustancias, dos de las cuales son objeto de vigilancia por parte de la normativa europea de calidad del agua debido a su potencial toxicidad sobre los organismos acuáticos.
Las muestras recogidas en las playas del Mar Menor presentaron la mayor variedad de compuestos y las mayores frecuencias de detección de todas las analizadas. En la playa de Villananitos, al norte de la laguna, se registraron concentraciones de los cinco filtros detectados, mientras que en la playa de Honda/Paraíso se detectaron cuatro de ellos.
Los filtros solares son sustancias químicas que protegen de la luz ultravioleta y se encuentran en cremas solares, productos de cosmética o cremas para el cuerpo. Debido a su amplio uso, son sustancias persistentes y pueden permanecer en el medioambiente durante mucho tiempo. Esto es especialmente preocupante en ecosistemas vulnerables como el Mar Menor, que es una laguna semicerrada y de difícil regeneración.
La liberación de estos filtros al medioambiente se produce principalmente a través de los bañistas que usan protectores solares, pero también están presentes en otros productos como cremas, tintes de pelo, laca de uñas o cosméticos. Incluso los efluentes de las depuradoras contribuyen a su entrada en los ecosistemas acuáticos.
Según el estudio, las plantas depuradoras no son eficaces eliminando estas sustancias debido a sus propiedades químicas, y tampoco técnicas avanzadas como la ozonización pueden eliminar muchos de estos filtros.
Ante esta preocupante situación, se considera necesario mantener la vigilancia sobre los filtros solares y evaluar sus riesgos a través de estudios toxicológicos. Además, se hace hincapié en la importancia de concienciar a los bañistas sobre el uso responsable de protectores solares y fomentar alternativas más respetuosas con el medioambiente.
En el punto de mira también están las benzofenonas y el octocrileno, sustancias relacionadas con el blanqueamiento de corales y que se encontraron en cantidades significativas en las playas analizadas del Mar Menor, así como en algunas de Cádiz y Lisboa. Estas sustancias están prohibidas en Hawai debido a su riesgo medioambiental.