La emblemática locomotora Victoria, ubicada en la rotonda de la calle Huerto en Santiago el Mayor, ha recuperado su aspecto original gracias a una intervención impulsada por el Ayuntamiento de Murcia a través de los Programas Mixtos de Empleo y Formación.
Esta máquina, construida en 1867 en Gran Bretaña y considerada una de las locomotoras más antiguas que se conservan en España, ha sido restaurada por alumnado-trabajador de las especialidades de carpintería, fabricación mecánica y pintura decorativa. La actuación se enmarca en el proyecto estratégico ‘Conexión Sur’, que busca revitalizar barrios y pedanías del sur de la ciudad, y responde a una demanda de la Junta Municipal de Santiago el Mayor.
La concejal de Gobierno Abierto, Promoción Económica y Empleo, Mercedes Bernabé, destacó durante su visita al enclave que “este tipo de iniciativas demuestran cómo la formación práctica vinculada al patrimonio y al entorno local mejora la empleabilidad de los alumnos, al tiempo que protege y embellece nuestro legado histórico”.
Una restauración con valor simbólico y estético
Entre las tareas acometidas destacan la limpieza, el repintado con esmaltes en negro, rojo y bronce, y la creación de una obra artística que simula unas vías férreas ascendentes hacia el infinito, como símbolo de progreso. También se instalaron 16 metros de rieles curvados en acero-carbono envejecido y 18 traviesas de madera tratada para resistir la intemperie.
La locomotora Victoria formó parte del ferrocarril entre Buitrón y San Juan del Puerto, en Huelva. De las cuatro locomotoras originales enviadas en el siglo XIX, solo dos han llegado hasta nuestros días. Su última restauración fue en 2013 y, debido al paso del tiempo, se ha hecho necesaria esta nueva intervención.
Formación con impacto real en el entorno
Los trabajos han sido ejecutados por los participantes de los programas “Refugios Climáticos II” y “Mantenimiento de Edificios”, quienes han podido aplicar sus conocimientos en un entorno real, mejorar su cualificación profesional y trabajar hacia la obtención de certificados oficiales. Todos ellos cuentan con un contrato de formación en alternancia con el empleo, lo que les permite percibir el 100% del salario mínimo interprofesional durante los 12 meses de duración del programa.
Este proyecto es un ejemplo de cómo la colaboración entre instituciones, ciudadanía y programas de formación puede generar beneficios tanto para el desarrollo profesional como para la conservación del patrimonio de la ciudad.
