La Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca, a través del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medioambiental (IMIDA), y el restaurante La Cabaña de Pablo González Conejero, han puesto en marcha un ambicioso proyecto de cocreación agrogastronómica con un objetivo común: rescatar del olvido variedades hortícolas tradicionales de la Región de Murcia y reintroducirlas en la alta cocina.
El proyecto se materializa en un living lab —un laboratorio vivo— ubicado en el propio restaurante, donde se cultivan directamente estas variedades recuperadas. La consejera Sara Rubira participó en su inauguración, subrayando que “este espacio permitirá experimentar y promover la innovación gastronómica a través de productos únicos que ya no se encuentran en el mercado”.
El invernadero de cristal habilitado en La Cabaña se convierte así en un escenario donde la tradición agrícola y la creatividad culinaria se dan la mano. En él se cultivan espinacas y acelgas del Olivarejo, garbanzo negro, zanahoria negra, guisante de Lorca, ajo gigante, tomate de la Arboleja, pimiento morro de vaca o berenjena ciezana, entre muchas otras. También habrá espacio para especies silvestres comestibles como las collejas o el lizón, y aromáticas como la salvia o el romero.
Un banco de sabor, historia y biodiversidad
Las semillas provienen del Banco de Germoplasma del IMIDA, que custodia más de 15.000 entradas de distintas especies vegetales. Este banco no solo es una reserva de biodiversidad agrícola, sino también una herramienta clave para el desarrollo de cultivos más sostenibles y resistentes ante los retos del cambio climático.
Rubira destacó que el proyecto “ofrece a los comensales una experiencia sensorial y educativa única, acercándoles a sabores, texturas y cualidades nutricionales que forman parte de nuestra identidad agrícola, pero que hoy en día no se encuentran en los canales comerciales”.
Desde 2018, el chef Pablo González Conejero colabora con el IMIDA en la recuperación y selección de variedades autóctonas, integrándolas en sus propuestas gastronómicas y promoviendo su conservación a través de la cocina.
Divulgación y formación para conservar lo nuestro
Además del cultivo y la creación gastronómica, el proyecto contempla actividades de divulgación para dar a conocer el trabajo del IMIDA y su banco de germoplasma. Se llevarán a cabo talleres formativos, presentaciones, demostraciones culinarias, publicaciones técnicas y fichas de variedades, con el objetivo de fomentar el consumo de productos locales y sostenibles.
Con esta alianza entre ciencia y gastronomía, la Región de Murcia no solo apuesta por el sabor y la excelencia culinaria, sino también por la protección de su patrimonio agrícola y cultural.