Un equipo de científicos ha descubierto cómo predecir las probabilidades de que una sustancia química pueda causar cáncer de mama en función de ciertos rasgos, lo que podría ayudar a identificar rápidamente aquellas sustancias que deberían ser eliminadas de los productos de consumo y reemplazadas por alternativas más seguras.
El cáncer de mama, uno de los cánceres más comunes a nivel mundial, representa aproximadamente el 30% de los cánceres diagnosticados en mujeres en España, según informes del Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM). Entre los factores de riesgo para desarrollar este tipo de tumor se encuentra la exposición a contaminantes ambientales, muchos de los cuales se encuentran en productos de uso cotidiano.
Los investigadores realizaron un análisis exhaustivo de varias bases de datos internacionales y del gobierno de Estados Unidos para identificar sustancias químicas que provoquen tumores mamarios en animales. Encontraron un total de 921 sustancias químicas que podrían promover el desarrollo del cáncer de mama, y el 90% de ellas son sustancias a las que las personas están expuestas habitualmente a través de productos de consumo, alimentos y bebidas, pesticidas, medicamentos y entornos laborales.
Además, observaron que más de la mitad de estas sustancias químicas estimulan la producción de estrógeno o progesterona, hormonas relacionadas con el cáncer de mama. También descubrieron que 420 de las sustancias químicas deterioran el ADN y alteran las hormonas, lo que las hace aún más peligrosas.
Este estudio podría tener implicaciones en la evaluación de la seguridad de las sustancias químicas por parte de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA). Algunas de las sustancias químicas identificadas en el estudio incluyen más de 30 pesticidas aprobados por la EPA a pesar de la evidencia que los relaciona con tumores mamarios. Los autores del estudio esperan que la EPA tome en cuenta esta nueva lista de sustancias químicas relevantes para el cáncer de mama para proteger mejor a la población de exposiciones nocivas.
En definitiva, este estudio proporciona una hoja de ruta para que los reguladores y fabricantes identifiquen rápidamente las sustancias químicas que podrían contribuir al cáncer de mama y tomen medidas para prevenir su uso en productos de consumo, lo que podría ayudar a reducir la carga de esta enfermedad.