Las jornadas gastronómicas ‘De los genes a la mesa’ han sido todo un éxito en su décima edición, poniendo de relieve la importancia de las razas autóctonas de cerdo chato murciano y de oveja segureña en la gastronomía de la Región de Murcia. Gracias a los proyectos de investigación impulsados por el Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medioambiental (IMIDA), se ha logrado preservar y recuperar estas razas que se encontraban en peligro de extinción.
La consejera de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca, Sara Rubira, hizo hincapié en la colaboración entre el Gobierno regional, ganaderos y productores de carne para promover y comercializar estas razas autóctonas. Durante la jornada se debatió sobre la situación actual y las perspectivas de futuro del chato murciano y la oveja segureña, con el objetivo de fomentar su cría y comercialización.
El IMIDA ha sido clave en el desarrollo de proyectos de investigación para conservar las razas autóctonas, incluyendo al chato murciano, la vaca murciano-levantina, la gallina murciana, las ovejas segureña y montesina, la cabra murciano-granadina, y el palomo deportivo murciano, entre otras. Estos estudios buscan además la obtención de productos gastronómicos innovadores, derivados de estas razas autóctonas, para enriquecer la oferta gastronómica de la región.
Gracias a estos esfuerzos, se ha logrado un incremento en el censo de las razas autóctonas, evitando su desaparición y aumentando la población de chato murciano y oveja segureña. El Banco de Germoplasma del IMIDA ha sido fundamental en garantizar la conservación y recuperación de estas razas, con resultados tangibles como el aumento de ejemplares y la demanda de carne por parte de la población murciana.
En definitiva, las jornadas ‘De los genes a la mesa’ han demostrado el valor y potencial de las razas autóctonas en la gastronomía de la Región de Murcia, gracias al trabajo conjunto entre instituciones, ganaderos y productores. La preservación de estas razas no solo contribuye a la diversidad genética y cultural, sino que también impulsa la economía y la sostenibilidad en el sector ganadero. Sin duda, un ejemplo a seguir en la conservación y promoción de recursos genéticos locales.